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sábado, 11 de octubre de 2008

Hablemos del miedo



Vamos hablar del miedo, de lo que se esconde en el armario esperando el momento, de mordernos cuando metamos la mano buscando una camisa.
Pero como somos adultos tenemos que pensar que eso es mentira, es solo nuestros miedos de niño que de vez en cuando, nos hacen una visita de cortesía, solo para ver como estamos y tomarse un café, hablando de los viejos tiempos.
Hay miedos mas cercanos, miedo de salir a la calle y que un desconocido se nos acerque y nos hable. Y tamboien del vecino, que puede ser un asesino en serie y tener en su casa los cráneos de sus victimas en un altar. El miedo a que nos roben o que nos secuestren.
Pero el terror tiene muchas caras puede ser she-lob de Tolkien o peor, nuestro verdadero miedo, aquello que no solemos en pensar; la vejez en la soledad. Ese rostro que ves en el espejo, llenándose de arrugas en el espejo, viéndose cada día más fofo y apagado, ajado por los días.
Ese es el verdadero terror.
Ver como los senos pierden consistencia y se rinden al fin, ante la gravedad inclemente.
Y luego el día que vienen los gusanos blancos y pegajosos a comer nuestra carne y nuestros ojos en la oscuridad del ataúd.
Estas manos, aun llenas de caricias, siendo comidas en la oscuridad.
Pero el terror comienza antes. Cuando vemos como se apagan los sueños, uno a uno y sentir que ya no se puede hacer nada, que nuestra época sucumbió.
Que no somos contemporáneos.
Y cada dia nos acercamos más a ese destino. Nada lo puede parar.
El promedio de vida de un minero boliviano es de 35 años, a esa edad ya están como una persona de 60 o 70 años en otros países.
La mayoría de nosotros a los 35 años es que somos padres por primera vez, cuando ellos están acabados.
No me hace sentir mejor pensar en ello. Me sigue produciendo el mismo terror.
Pero sobre todo la soledad.
Somos seres gregarios, por eso nos duele tanto la soledad el sentirse excluido de la especie humana.
Internet es una de las soluciones a ese problema, ya no estamos tan solos.
Que nos roben, secuestren, o nos hieran no duele tanto como la soledad.
El ostracismo era por eso un castigo cruel.
Y la vejez en soledad es el décimo quinto círculo del infierno.
Cuando dante caminaba por las calles de Florencia, la gente murmuraba,- “Mira el fue quien estuvo en el infierno” y no lo decían metafóricamente, creían que de verdad dante había estado en el infierno.
Pero le falto vivir en esta época para sentir realmente el infierno.
Le falto vivir en nuestras mega polis, donde nadie conoce a nadie y todos son potenciales depredadores esperando un signo de debilidad para comernos.
Camus decía que los verdaderos desiertos eran la ciudades, solo en ella uno puede sentir todo el peso de la soledad.
Es en ella donde vive más de la mitad de la población mundial. Y vivimos viendo sobre el hombro, desconfiando de todos. Cazando, siendo cazados.
Vivir en el terror.
Y este al final se convierte en parte de nosotros, es como el aire, tan cotidiano que si nos falta podemos enloquecer.
Tengo un amigo, el es bastante heterosexual, tiene dinero, tiene una buena profesión y es bastante apuesto. Pero sus parejas apenas le duran 6 meses, cuando tiene suerte. El dedo gordo del pie es demasiado gordo, y por eso la dejo. No me gusta como se le refleja el sol en el pelo. Siempre existe una excusa, aun no consigue a la que es perfecta.
Otra amiga, es una belleza, inteligente, ingeniosa, y tiene 38 años y tampoco a conseguido al hombre perfecto, que sea inteligente, tenga dinero, sea amable, y baje la tapa de la poceta después de orinar, que le prepare el desayuno, y le diga cosas cariñosas todo el día.
Ellos practican un deporte Extremo, el deporte de cómo llegar a la vejez en soledad olvidado y olvidándose.
Ese es la verdadera cara del horror
Vamos hablar del terror, de eso que acecha bajo la cama, con hambre, voraz, que espera. Acompáñame y si sientes un fugaz beso en tu oreja, no voltees.
Agarrame de las manos. Y no me sueltes. Esas figuras que desgarran la niebla, es solo el viento. No me sueltes, no me dejes solo en este cementerio.
Aun no.

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5 comentarios:

Blogger Unknown ha dicho...

Ummm, se trata de algo obvio. El terror a la muerte, la soledad y la vejez son universales. Negarlo es poco sano y regodearse en ello también.

Simplemente moriré, no queda otra. Temperar esa muerte inminente con al idea del valor de la propia vida (y hacerla valer) es razonable.

Un abrazo

11 de octubre de 2008, 13:19  
Blogger luis ha dicho...

el problema amigo es que vivimos como si fuesemos inmortales, solo despues de los 60 años nos comenzamos a dar cuenta que la cosa esa, de la muerte, como que era en serio y nos damos cuenta de nuestra propia mortalidad.
y para mi ese miedo antes lo inminente es una de las razones que nos lleva a creer en cualquier cosa que nos prometa que vamos a seguir viviendo.
cuando las personas mas jovenes se dan cuenta de ese hecho, que no importa si son buenos o malos, el castigo sera similar,ya que moriran, enpienzan a creer que pueden trampear ese dedesytino, y es por eso que que lagunas religiones que creen en la trasmigracion d elas almas o su reencarnacion dicen que si uno lleva una vida digna y no hace mal a nadie, rencarnara en algo mejor o en la religion catolica, que ira a un cielo.
Lo grave, es todo o que hacemos para no acepetar algo inevitable.

13 de octubre de 2008, 6:14  
Blogger xxxxxxxx xxxxxx ha dicho...

Uno de los mejores articulos que he leido en la web.

Los malditos alfa, siempre a la busqueda de un pretexto para sabotearse. Es que sin una carencia a la cual hacer resistencia la vida no tiene sentido.

"si quieres estar con migo tienes que hacer algo fantastico, porque yo no te necesito"

Esa frase jode al que la piensa y también al pobre que la sufra, y es que nadie se cala eso; pero lamentablemente ese rollo lo llevan grabado en la psiquis el hombre y la mujer de ahora.

Firma una solitaria que lamenta pero no otorga.

14 de octubre de 2008, 21:37  
Blogger luis ha dicho...

Caramba, muchas gracias Franfel, hasta me sonroje y todo.
desgraciadamente es como dices.

15 de octubre de 2008, 9:16  
Blogger ASIG ha dicho...

Miedo al tiempo, al paso del tiempo, miedo al estar solo, al quedarse solo, miedo a la rutina, miedo a lo mismo... Pues creo que todos sentimos miedo y es más que sabido que eso nos frena para intentar cosas nuevas en esta vida... Me gustó mucho tu blog, estás invitado a pasar por el mío si así lo deseas :-) Saludos!

18 de octubre de 2008, 20:46  

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